¿Qué podemos esperar del campo natural para la primavera 2024?

Ing. Agr. Alejandro Terra Natero

Plan Agropecuario

Siempre en la producción agropecuaria nos preguntamos ¿cómo será la próxima estación? Con el objetivo de poder prever distintas acciones de manejo y mejorar la producción de los sistemas, en este artículo mostraremos la potencialidad que tiene el Visualizador de crecimiento de pasturas, como herramienta para “simular” el futuro productivo.


Teniendo en cuenta que la característica del Uruguay es contar con una gran variabilidad climática y de tipos de suelos, una de las herramientas disponibles para los productores y técnicos, es el seguimiento forrajero satelital como forma de obtener datos de crecimiento del pasto durante un periodo historico de más de 20 años y en diferentes zonas del país.

Por este motivo, para poder contestar la pregunta del título usaremos los datos de la herramienta “Visualizador de crecimiento de pasturas” (https://ipasto.planagro.uy/public/seguimiento). Esta herramienta se alimenta del seguimiento forrajero satelital, el cual cuenta con la información de más de 400 mil hectáreas monitoreadas en todo el Uruguay con datos desde el año 2000 a la actualidad. Para su análisis, nos enfocaremos en la unidad geomorfológica del Basalto, la cual abarca la mayor área de campo natural del país, pero los conceptos que abordaremos son extrapolables al campo natural de otras zonas del Uruguay.


Contexto
Como se observa en el gráfico N° 1, venimos de dos primaveras – veranos bien contrastantes. Por un lado, la primavera – verano 22-23 la cual se vio marcada por un pronunciado déficit hídrico que se venía arrastrando desde hace 3 años, lo que produjo una disminución marcada en la tasa de crecimiento del campo natural, observándose valores de tasa de crecimiento muy por debajo del promedio histórico. Como consecuencia de esto, la carga segura que soportaron los campos estuvo en promedio un 15% por debajo (Carga segura =UG/ha que en promedio soporta el campo natural). Por el contrario, para esta última primavera – verano 23-24, la situación se revierte de tal forma que las tasas de crecimiento de los últimos meses estuvieron por encima de los valores promedios y muy cercanos a los máximos registros desde el año 2000 a la fecha, pudiendo aumentar la carga de los sistemas un 12% por encima de la carga promedio.
Por todo lo mencionado, al final de este último verano 2024 (fines febrero e inicio de marzo), encontramos en general los campos naturales con un gran volumen de forraje y los ganados en buena condición corporal.
Si a esto le sumamos las favorables condiciones de humedad y temperaturas a las que nos estamos enfrentando en el inicio de este otoño, es de prever que las altas tasas de crecimiento se mantendrán por un tiempo más.

Gráfico N°1: Tasa de crecimiento (Kg MS /ha/día) promedio y de los últimos ejercicios del campo natural del Basalto

Pongamos el foco en la próxima primavera
Observando los dos años anteriores que fueron contrastantes y viendo los pronósticos de largo plazo donde hay anuncios de un año niña (llueve por debajo del promedio), nos surge la pregunta ¿Qué podemos esperar del campo natural para la próxima primavera?

Grafico N°2: Tasa de crecimiento (Kg MS /ha/día) promedio, máximo y mínimo del periodo marzo 2000 febrero 2024.

Gráfico N°3 Tasa crecimiento (Kg MS/ha/día) por estación del año y coeficiente de variación.

Analizando los gráficos 2 y 3, correspondiente al seguimiento forrajero satelital podemos hacer algunas aseveraciones.

  • La producción del campo natural en invierno es nula o insignificante (6,5 Kg de MS/ha/día)
  • La producción de primavera es la más estable con solo 6 % de coeficiente de variación
  • La producción de verano en promedio es mayor a la de primavera, pero con un alto coeficiente de variación (CV 19%)
  • La producción de otoño en kilos es menor con respecto a la primavera y con mayor coeficiente de variación (13%).

Estos datos históricos son importantes tenerlos en cuenta para pensar a corto y mediano plazo. Además es importante tenerlos presentes al momento de hacer una presupuestación forrajera.

Conclusiones
Con el buen verano que pasamos, el muy buen inicio de otoño y la menor carga que tienen los campos, los sistemas productivos en general están recuperados desde el punto de vista de la producción de forraje de campo natural. Todavía se viene en recuperación para los otros recursos forrajeros como es el caso de praderas permanentes, este buen inicio de otoño contribuirá en este sentido. Todavía falta mucho para recuperar a los sistemas desde el punto de vista productivo y económico – financiero.
El aprovechar de buena manera el excedente de forraje que se observa en los predios, como bajando costos de producción y aumentado el peso de venta de los animales, ayudaría a la recuperación productiva y económica de los sistemas.
Podemos prever que, para la próxima primavera, para los sistemas que trabajan principalmente sobre campo natural del Basalto, la falta de forraje no será un problema, ya que el coeficiente de variación en esta época es muy bajo como observamos en este caso, pero es una característica que se mantienen para el resto del país.
En cambio, la situación para el próximo verano 24/25, es diferente. Si los pronósticos de falta de agua se cumplen, y teniendo en cuenta que el seguimiento forrajero satelital nos demuestra que los veranos es la época del año más errática, deberemos de tomar medias con anticipación.
No obstante, toda esta información, más el conocimiento de todo el sistema productivo, es clave para monitorear el predio y su evolución, donde la herramienta de presupuestación forrajera es un aliado fundamental.

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