Pan para hoy no es hambre para mañana, si se toman las decisiones correctas

Por el Ing. Agr Mag. Santiago Scarlato
Presidente del Instituto Plan Agropecuario

La ganadería nacional atraviesa un momento de gran solidez. Las lluvias acompañaron, las pasturas lucen excelentes, los indicadores productivos son alentadores y los precios (mercado de reposición o a nivel de los frigoríficos) mantienen alta la confianza del productor. Es un escenario que invita a disfrutar de los resultados, pero sobre todo a proyectar el futuro con inteligencia: aprovechar este “pan para hoy” pensando en no tener “hambre mañana”, como versa el tradicional refrán.

Estos buenos tiempos no deberían verse solo como recompensa al esfuerzo, sino como una oportunidad para consolidar sistemas más resilientes y eficientes. Con la base forrajera en condiciones óptimas y un contexto económico favorable, es momento de tomar decisiones estratégicas para efectivizar la bonanza.

Este contexto favorable debe invitar a repensar los objetivos de cada establecimiento. Recuperar el estado de campos naturales y pasturas, realizar un plan sanitario, incorporar genética de calidad, mejorar la infraestructura del predio, incorporar tecnologías de monitoreo como la ecografía o el diagnóstico de gestación, que aportan información clave para ajustar decisiones y planificar la próxima zafra con mayor precisión, invertir en tecnologías y manejos que aumenten la eficiencia del sistema pueden tener efectos positivos que se extiendan por varios ejercicios. Por eso, más que buscar rentabilidad inmediata, el desafío está en pensar en la resiliencia y sostenibilidad del sistema a largo plazo.

Hoy podemos tener una mirada a largo plazo, no solo se trata de aprovechar el pasto que hay y tratar de agregar kilos en el corto plazo, sino de sentar las bases de todo el sistema capaz de sostener los niveles de producción frente a futuros desafíos climáticos o de mercado.

No podemos olvidarnos de hacer efectivo otro de los aspectos necesarios a tener en cuenta en la empresa ganadera, lograr una reserva financiera. Pasto, buena condición corporal del ganado y dinero en la cuenta, nos permite tener una mayor espalda para tomar decisiones adecuadas cuando la situación aprieta.

Desde el Plan Agropecuario insistimos en que estos momentos de bonanza hay que capitalizarlos con más y mejor manejo y planificación. Las decisiones tomadas en tiempos de estabilidad rinden mucho más, porque permiten planificar sin la urgencia que imponen las crisis.

La información, el conocimiento son parte de ese capital intangible que marca la diferencia entre sistemas que solo sobreviven y aquellos que prosperan. En esa línea, el Plan Agropecuario continúa ofreciendo múltiples instancias de formación, de difusión, facilitación de intercambio entre productores, herramientas de gestión y acompañamiento territorial. A través de sus distintas líneas de trabajo y programas, el Plan Agropecuario acompaña este proceso, como por ejemplo el Programa PROCRÍA, que ofrece un marco ideal para lograr mejoras productivas a nivel predial.

Cada inversión que se realice hoy, grande o pequeña, puede convertirse en una pieza clave del futuro, por lo cual no será un gasto. El desafío está en transformar este buen momento coyuntural en un proceso duradero de mejora continua, con decisiones que integren la producción, el ambiente y las personas.

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