El llamado del campo natural: cómo Australia protege sus pastizales
Ing. Agr. Mag. Diego Cáceres
MGAP/Dirección General de Recursos Naturales
Australia es un país enorme, unas 44 veces más grande que Uruguay, con diversos biomas que van desde desiertos hasta bosques tropicales. En conjunto con técnicos del Plan Agropecuario, técnicos privados y productores tuve la suerte de participar en una gira técnica qué se desarrolló en el suroeste de este país, en Nueva Gales del Sur, una región con la que compartimos algunas características, como la producción agrícola, lechera y la ganadería vacuna y ovina.
Campos naturales y fauna emblemática

En estos paisajes coexisten diferentes ecosistemas con una variada flora y fauna. El caso más llamativo es el de los canguros, que comparten campos naturales con el ganado doméstico. En Australia habitan varios tipos de canguros; uno muy abundante es el canguro gris occidental (Macropus fuliginosus), que se observa en la foto tomada en uno de los establecimientos visitados. Los productores señalan que compiten por el forraje, “llegando de a cientos cuando los campos verdean”. En algunos casos incluso se colocan barreras físicas para evitar su paso.
Una parte de la ganadería en Nueva Gales del Sur se desarrolla sobre campos naturales, similares a nuestros campos, aunque estos ocupan menos del 2 % del territorio. Para proteger estos ecosistemas se creó el Fondo de Conservación de la Biodiversidad, que apoya su preservación.

¿En qué consiste el fondo?
El Fondo para la Conservación de la Biodiversidad de Nueva Gales del Sur es una iniciativa diseñada para proteger, conservar y restaurar la biodiversidad del estado. Apoya proyectos enfocados en la conservación de especies y ecosistemas nativos, tanto en tierras públicas como privadas, promoviendo la gestión sostenible de la tierra y la restauración de hábitats degradados. Además, financia investigaciones, programas educativos y la implementación de prácticas de conservación a largo plazo.
Áreas de conservación en tierras privadas
La conservación de tierras privadas ocurre cuando los propietarios de campos toman medidas voluntarias para proteger y preservar el medio ambiente en su propiedad. El fondo busca garantizar la protección de áreas de alto valor ecológico y fomentar la colaboración entre el gobierno, las comunidades y los productores, contribuyendo a la lucha contra la pérdida de biodiversidad en la región.
Resultados en los establecimientos visitados

Charles y Anne Maslin, y Charly y Tania Massy y su familia son dos de los productores que visitamos que tenían áreas de conservación de campo natural en sus establecimientos. Esto consiste en un acuerdo a largo plazo, en el que se establece un plan de gestión con medidas de manejo para conservar el campo natural, se monitorea anualmente y, como contrapartida, se tiene acceso a subvenciones por alcanzar los objetivos de conservación planteados.
Estos programas de conservación han generado mejoras en la biodiversidad, la salud del suelo y la productividad ganadera, según los productores, además de un impacto positivo en el resto del establecimiento.
El último dragón de los pastizales
Charles Massy, productor y escritor, hizo un hallazgo inesperado: una diminuta lagartija conocida como dragoncito de los pastizales (Tympanocryptis spp.), una de las especies más amenazadas de Australia, cuyo hábitat se había ido reduciendo a pequeños fragmentos durante décadas.

Verla reaparecer en un campo manejado bajo prácticas regenerativas y en un área de conservación fue para Massy y su familia la confirmación de que los suelos y la biodiversidad pueden recuperarse si se les da la oportunidad. Para ellos, la lagartija se convirtió en un “último guardián” de los ecosistemas de campo natural: pequeña, frágil, casi invisible, pero vital.
Foto: Nick Clemann, Zoos Victoria
Consideraciones finales
El sistema de conservación de pastizales en Nueva Gales del Sur es un ejemplo inspirador de cómo se pueden implementar estrategias efectivas para proteger los ecosistemas. Nos invita a reflexionar sobre nuestra propia realidad en Uruguay: mientras Australia desarrolló este modelo tras perder casi por completo sus pastizales en esta región, nosotros aún conservamos más del 50 % de nuestro valioso bioma.
Esto no solo resalta su importancia, sino que pone en valor nuestros campos naturales, ricos en biodiversidad y productividad. La buena noticia es que todavía estamos a tiempo de actuar, de tomar decisiones que garanticen su preservación y dejar un patrimonio vivo a las generaciones futuras.
Materiales consultados
https://www.bct.nsw.gov.au/ · https://cdn-site.zoo.org.au/media/rlglcvkt/victorian-grassland-earless-dragon.pdf ·
https://threatenedspecies.bionet.nsw.gov.au/VegFormation?formationName=Grasslands