Ayer estuvimos en el predio de Doña Carla Tejeira y familia aprendiendo sobre Pasto Elefante

Ing. Agr. Javier Fernández Zanetti

Plan Agropecuario

En el marco del Proyecto Mujeres Transformadoras del MGAP (2ª edición), que realizó un llamado a nivel nacional a grupos de mujeres rurales, se presentó un grupo de Artigas con una propuesta muy particular e interesante. La misma consistía en obtener apoyo para poder realizar cultivos de Pasto Elefante (Pennisetum purpureum) con fines comerciales. Se trataba de producir esta especie para posteriormente vender mudas, ya que su reproducción en nuestro país se da únicamente de forma vegetativa, a través de mudas o propágulos.

La especie

El Pasto Elefante es una gramínea perenne estival de gran porte, comúnmente llamada “gigante”, ya que puede superar fácilmente los tres metros de altura. Originaria de la África tropical y húmeda (Uganda), se naturalizó en América tropical y subtropical. En Uruguay fue introducida en 1976 y, actualmente, la variedad conocida como INIA Lambaré presenta características productivas y de calidad muy interesantes para la alimentación de rumiantes. Entre sus atributos destacan:

  • Alta producción de forraje en período estival (más de 30 toneladas de materia seca por hectárea), con producción estable a lo largo de los años.
  • Alta persistencia: es capaz de resistir diversas condiciones climáticas y no se le conocen enemigos naturales.
  • Se puede pastorear directamente o utilizar para confeccionar silo, generando un alimento de muy buena calidad.
  • Tiene buen contenido de fibra y un tenor proteico aceptable para animales en producción de leche o carne, comparable a un sorgo de buena calidad hasta 1,2 m de altura.

El proyecto y la propuesta

Mujeres Transformadoras es una iniciativa lanzada por el MGAP y el Plan Agropecuario, que culminó su segunda edición en 2024. Su objetivo es empoderar a mujeres rurales del agro y de la pesca, promoviendo su participación en la vida comunitaria y mejorando sus condiciones económicas. El programa busca fortalecer el liderazgo femenino, fomentar emprendimientos sostenibles y facilitar el acceso a diversos servicios. A través de un llamado concursable, se seleccionaron 22 grupos de mujeres, quienes recibieron subsidios de entre $U 50.000 y $U 195.000 para desarrollar sus propuestas.

El grupo artiguense está integrado por tres mujeres emprendedoras: Carla Tejeira, Andrea Severo y Laura Severo. Además de ser productoras agropecuarias, desarrollan otras actividades como la horticultura y la elaboración de alimentos, que contribuyen a los ingresos familiares. Las actividades productivas se desarrollaron en dos predios: uno perteneciente a Carla y su familia, y otro compartido entre Andrea y Laura. Además del apoyo recibido por ser uno de los 22 grupos seleccionados, contaron con el respaldo del municipio, que proporcionó asesoramiento técnico y labores de preparación de suelos.

Tres fueron las principales razones que motivaron al grupo a incorporar Pasto Elefante en sus sistemas productivos:

  • Introducir innovación productiva mediante un recurso forrajero prácticamente inexistente en la zona.
  • Ofrecer un producto de alta demanda en época estival o en coyunturas difíciles como las recientes sequías.
  • Consolidar la producción predial, proyectando mayores ingresos para sus familias y manteniendo la sustentabilidad de los recursos naturales.

Antes de presentar el proyecto y lograr su aprobación, Carla, Andrea y Lorena habían participado activamente en actividades del Plan Agropecuario relacionadas al Pasto Elefante. En una zona caracterizada por predios de pequeña escala (menores a 30 ha), con tabaco y huertas como principales fuentes de ingreso y la ganadería en crecimiento, la propuesta tomó fuerza. Se trata de la zona de Pintado, Estiba, Guayubirá y hasta Colonia Rivera, todas ubicadas a menos de 15 km de la ciudad de Artigas. La presencia de suelos colorados con alta acidez no fue impedimento, ya que el pasto mostró buena adaptación.

En ese contexto, vieron en esta gramínea un aliado productivo para predios pequeños, por su alta productividad y aceptable calidad, siendo el alimento animal un tema clave, donde la disponibilidad de mano de obra familiar era una fortaleza.

Investigaron más sobre la especie, contactaron productores en Río Grande do Sul que ya la utilizaban, sembraron pequeñas parcelas experimentales en predios vecinos y fuera de la zona, logrando muy buenos resultados.

Parte del dinero recibido se destinó a infraestructura: alambrados perimetrales, sistema de riego y otros elementos necesarios para el cultivo.

Con la llegada de la primavera de 2024, época ideal para la siembra del Pasto Elefante, y con todo pronto (alambrado, suelo y mudas), comenzaron el emprendimiento. Pie en la tierra y manos en las plantas, trabajaron con entusiasmo en una labor similar a la del tabaco: muda por muda, como si fuera trasplante de almácigo a chacra. En pocos días, el área prevista (aproximadamente ¼ hectárea) estaba totalmente cubierta.

Desde ese vivero se pueden cosechar unas 75.000 mudas, que cubrirán nuevas áreas propias o de futuros clientes. A razón de una planta por metro cuadrado, ¼ ha contiene unas 2.500 plantas. En pocos meses, incluso en el verano/otoño siguiente, cada una puede generar unas 30 macollas, es decir, 30 nuevas plantas potenciales.

La difusión

Simultáneamente al trabajo en el vivero, se desarrollaba otra dimensión clave del proyecto: la difusión del Pasto Elefante como forrajera y su comercialización. La Expo Chiflero, realizada en octubre —un mes después de la siembra—, fue una gran oportunidad. Esta feria ganadera y de paseo, organizada por la Asociación Agropecuaria de Artigas, permitió al grupo instalar un puesto con folletos, banners, mudas y mucho entusiasmo. Recibieron a numerosos interesados, repartieron material informativo y hasta regalaron mudas.

El éxito fue rotundo.

¿Y después?

Si bien la intervención institucional finalizó, la producción continúa con buen ritmo y gran motivación. El seguimiento técnico acompañó durante un año tras la entrega de fondos, lo que permitió consolidar un subrubro productivo autosustentable en los predios familiares.

Un ejemplo concreto: desde uno de los viveros ya se vendieron más de 2.000 mudas en menos de un año, incluyendo 1.000 destinadas al departamento de San José.

Este caso muestra cómo con empeño y dedicación es posible llevar adelante ideas que parecían difíciles de concretar. También es un excelente ejemplo de cómo aprovechar oportunidades, vengan del Estado o no.

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