Diez años de una vida repleta de desafíos y logros

“Mi merito, yo me moví y la busqué, nadie me vino a buscar…Había que salir de la zona de confort”

Ing. Agr. Alejandro Terra Natero

Plan Agropecuario

El 15 de febrero de 2025, estuvimos de visita por Blanquillo, Durazno. Un pueblo que se encuentra a 120 km al este de la capital departamental, donde charlamos con el Técnico Agropecuario Ezequiel Duarte Magallanes, de 27 años, con una vida repleta de experiencias, de las buenas y de las otras. Un joven emprendedor del cual vale la pena conocer su historia.

¿Dónde transcurrió tu infancia?

Nací en Blanquillo y viví toda mi vida en el pueblo. De chico vivía con mi madre Ruth, mi hermano Diego y mi hermana Estefanía, con los que tengo 16 y 8 años de diferencia. No recuerdo bien hasta que edad, pero siendo niño mis hermanos se fueron de mi casa. Mi padre Romualdo no vivía con nosotros, pero todas las noches iba a cenar con él y su señora Jesusa. Siempre tuve una relación cercana y muy buena con ellos.

¿Qué estudios realizaste?

Hice toda la primaria en la escuela Nº 32 de Blanquillo, luego fui al liceo del pueblo hasta 6º grado. Despúes curse en la Escuela Agraria de Sarandí Grande la tecnicatura agrícola ganadera, que dura dos años. Para completar los estudios, realice la tesis en INIA Tacuarembó en el establecimiento La Magonilia, poder terminarla me llevo un año.

¿Cómo se da tu contacto con la producción agropecuaria?

Mi padre explotaba 266 hectáreas de campo, cercanas al pueblo, propiedad de su señora. Yo a veces iba con él y lo ayudaba en las distintas tareas. Papá era una persona de bien, pero reservado.

Con 16 años muere mi padre, en medio de un juicio laboral, previo a su muerte papá había dado en arrendamiento 34 hectáreas para afrontar los gastos del juicio.

A partir de este momento me tuve que hacer cargo del campo y de Jesusa que, por su edad requería ciertos cuidados. Tuve que contratar una persona que me ayudé con esta tarea.

Yo no tenía ni idea de cómo gestionar el predio, y esto para mí fue todo un desafío. Por suerte tuve el apoyo de Francisco Sánchez, sobrino de la señora de papá, que de forma muy desinteresada me dio una mano en la gestión, lo consultaba en todo. Los trabajos diarios los hacía yo. El campo en este momento estaba con una infraestructura muy deteriorada, tuve que ponerme a alambrar sin saber, este es otro ejemplo del apoyo de Francisco que me enseño para que yo pudiera hacer el trabajo. Quiero remarcar que fue de forma desinteresada, ya que los campos estaban testados a mi nombre desde que yo tenía 10 años.

En ese momento para moverme tenía una camioneta vieja (Peugeot de 1964) que estaba rota y una moto (Yamaha 50) con muchos años, había que tirarla en bajada para que ande. Lo que me dificultaba la movilidad entre el predio y el liceo. Francisco me compro una moto que la tengo hasta el día de hoy, que con el tiempo se la pude pagar. Me ayudo hasta en eso sin tener ninguna obligación.

Cuando cumplo 18 años fallece Jesusa, Ahí se me vino otra bomba. Esto me llevo a incurrir en una cantidad de gastos, por el tema de la sucesión y la necesidad de abrir una nueva empresa. Tuve que vender mucho ganado, perdí toda la escalera de novillos. También tome la decisión de dar 66 hectáreas en arrendamiento, una porque no tenía cabezas para poblarlo. otra porque me quedaba muy lejos y siendo un gurí se me complicaba aún más atenderlos. Con estas decisiones logro pagar todas las cuentas y me quedo con 166 hectáreas cercanas al pueblo con 100 y pocas cabezas de todas las categorías.

Todo este proceso se dio mientras terminaba mis estudios en el liceo de blanquillo y comenzaba los estudios en Sarandí Grande. El primer año viajé en ómnibus. Para el segundo año, pedí mi primer préstamo, con él que me compré una camioneta chica. Todos los fines de semana tenía que viajar para atender el predio y en ómnibus era bastante complicado.

Al terminar los dos años de la tecnicatura comencé a hacer algunos cambios en el predio, sembré las primeras 7 hectáreas de raigrás, pero después era todo los mismo, tenía los animales adentro del campo, hacía alguna ecografía para apartar alguna vaca preñada, pero nada más. Todo muy básico. Además de trabajar en mi predio comencé a hacer changas en otros predios.

Luego de regresar de Sarandí Grande me dediqué a trabajar solo, por más que siempre tuve a Francisco como un referente para consultas importantes de cualquier desición, como la toma de un crédito. El primer crédito que pedí fue para la compra del vehículo chico, pero mi primer crédito para trabajar fue para la compra de animales, compre una vacas preñadas.

¿Cuál fue el momento clave en tu vida?

Cuando terminé de estudiar me hice una pregunta, la cual entiendo fue fundamental para seguir adelante. En blanquillo, tengo todo, mi madre, mi casa, mi campo, pero no quería pasar toda mi vida atrás de 3 vacas haciendo changas. Tenía la necesidad de hacer algo que me haga crecer desde lo social, de contacto con la gente. Ahí surge el planteo ¿Me voy a estudiar? ¿Qué puedo hacer que me agrande la vida social que me de contactos? Es ahí que hago el clic de buscar algo que me saque de la situación en la que estaba y me lleve a cumplir un sueño. Tenía que salir de la zona de confort.

¿Cómo surge la Agroveterinaria?

A partir del planteo que me hago es que comienzo a buscar en internet distintas opciones para invertir en el pueblo. Barracas, casas de electrodomésticos, veterinarias, etc. Siempre buscando algún tipo de franquicia, no quería hacerlo solo, quería un apoyo. Buscaba en internet el contacto y mandaba mail. Estuve más de un año buscando contactos y esperando una respuesta favorable. A su vez me preguntaba ¿De dónde voy a sacar plata? Fue lo que me llevo a moverme con los bancos para buscar financiación.

Hasta que después de un año conseguí una entrevista con mi actual socio, un 6 de agosto de 2021 en Montevideo. Había logrado tener el contacto que estaba buscando y salí de la reunión con una propuesta concreta, pero que requería por lo menos para mí de una elevada inversión. Nuevamente me surge la inquietud de cómo iba a conseguir la plata que precisaba. Me sigo moviendo en los bancos, hasta que logro conseguir la plata en un banco privado. También me cuestionaba, que sabía el de manejar una veterinaria, o de atender público ya que me considero una persona reservada al igual que mi padre.

Acondicioné el garaje mi casa en Blanquillo y el 3 de noviembre de 2022 abrí “Agro veterinaria del Centro”, que corresponde a Red Poolvet. Desde esa “idea loca” hasta lograr abrir el local, pasaron más de dos años. Mientras tanto seguí trabajando en el predio y de las changas para poder vivir. Gracias a los bancos puede lograr este emprendimiento.

Desde que abrí, tengo una persona la cual se encarga de la atención del mostrador, es la que está siempre en el local. Mientras yo me encargo de todo lo que se refiere a la compra de insumos y a la comercialización de estos, de hacer las entregas de productos en los establecimientos y visito clientes. Ya desde el momento de abrir me marqué un sueldo que corresponde a un porcentaje de las ventas realizadas, que en los primeros tiempos no eran mucho, pero lo ahorraba para pagar los créditos. Seguía trabajando del campo y de las changas. Hoy después de dos años de abrir las puertas logré vivir del emprendimiento, cuando pensaba que recién esto lo lograría algunos años después.

¿Y el campo?

En junio del 2024 dejé de sacar plata del campo para vivir, lo que permitió comenzar a capitalizarlo. Lo que se produce en el establecimiento se vuelve a invertir. En este momento vuelvo a tomar los campos que estaban en arrendamiento y a explotar la totalidad del área de 266 hectáreas.

En el medio de todo este proceso, se sufrió una seca (2022-2023) que me llevó a hacer un clic en la producción. La seca me golpeo fuerte en lo productivo, destete 30 terneros, pero para la veterinaria fue una oportunidad por las ventas de bebederos, caños, etc y para hacerme conocer. “Lo que es malo para uno puede ser bueno para otro”.

Esa baja producción de terneros me llevo a replantearme la forma que estaba produciendo. Gracias a los contactos con clientes, proveedores y productores amigos, me animo a hacer destete precoz logrando tener 90 terneros, y en este último entore logré entorar 130 vacas.

Asociado a esto adopté el diagnóstico de actividad ovárica, la cual es excelente para tomar decisiones, como algún año me llevo a hacer destete precoz, este último año no tuve que incurrir en esta tecnología. Aumenté el área de verdeos lo que permite hacer una recría más eficiente los terneros machos y poder vender vacas de invernada.

Hoy mi preocupación esta en la recría de las hembras, a las cuales se les daba poco interés. Tomé la decisión de eliminar todas las vaquillonas, terneras chicas y feas, y calculo que para el próximo entore llego con vaquillonas bien recriadas. Pero todavía hay mucho para mejorar y crecer puertas adentro.

¿El Plan Agropecuario donde juega?

Tenía 17 años había fallecido el papá, estaba cursando el liceo, me entero del curso de Encargados Rurales, el cual calzaba justo para mis necesidades ya que estaba comenzando a trabajar el predio. Llego en un momento ideal. Era un curso que tenía de todo, hasta se carneo una oveja para ver el tema parásito. Me acuerdo de la Dra. Deborah Cesar que me pasaba retando, porque no quería gastar en remedios. Con ella aprendí donde se dan las distintas vacunas. Aprendí el tema de la dentición de los animales, Fuimos a mirar bocas y yo dije que una vaca era diente de leche. Muchos quedaron serios, pero otro tanto se rieron eso pega en la cabeza, en el orgullo, pero es decir no sé nada. Yo no tiro el lazo, no soy gaucho y no quiero ser gaucho, no es mi estilo. El curso me dio muchas herramientas, pero lo de los dientes me quedó marcado para toda la vida. El haber hecho este curso me despertó el interés por hacer algo más que el liceo, fue ahí que decidí ir a la escuela agraria de Sarandí Grande. Nunca más perdí contacto con la institución, sigo participando de las actividades que se hacen en la zona, es un lugar de consulta para distintos temas de la producción. En el año de la seca con el Plan Agropecuario se acondicionó una vertiente en uno de los potreros de casa. También participé de una gira que se hizo por Montevideo con ex participantes de cursos en conmemoración de los 20 años de la institución, donde conocí el estadio centenario, la sede del Plan en Montevideo y la rural del prado. En 10 años nunca se perdió el contacto.

¿Qué le dirías hoy a un joven rural?

Cualquier idea que uno tenga, por más de ser gurí o por no tener los recursos, puede ser valida a llevarte al sueño que uno tiene, hay que buscarle la vuelta porque se le encuentra, la plata se consigue, el contacto, la gente, no tener vergüenza a preguntar, quedarte con la idea, hay que preguntar por más que se rían de uno. Hay que lucharla y buscarle la vuelta, las oportunidades están.

Mi merito, yo me moví y la busqué nadie me vino a buscar.

¿Qué sueños tienes por delante?

Hoy el sueño es crecer porteras adentro, pero mirando para afuera, para crecer en área, arrendando o comprando campo.

Tener un campo para mostrar que se hagan las cosas bien, que se pueda producir de forma más inteligente.

Seguir metiéndole al negocio de la veterinaria, agregando rubros y que se pueda convertir en una empresa referente para la zona.

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