Capacitar desde la equidad, aprender desde la identidad

Ing. Agr. Ana Laura Perugorría Larroque

Plan Agropecuario

Formación con lentes de género: el Plan Agropecuario y las mujeres rurales

Desde hace años, el Plan Agropecuario despliega sus propuestas de capacitación a lo largo y ancho del país, con charlas, talleres y capacitaciones que son parte de su identidad y han dejado huella en el sector ganadero. Pero, últimamente, se ha sumado una nueva mirada a su tradición: la perspectiva de género. Y es que, en un ámbito donde, muchas veces, los estereotipos pesan tanto como los kilos de ganado, reconocer y responder a las necesidades de las mujeres rurales no es solo una cuestión de justicia, sino también de apuesta a un mejor futuro para el sector.

El género como eje de aprendizaje

Todo comenzó con algunas preguntas: ¿Por qué, en términos generales, las mujeres son menos del 20% de los participantes en nuestros cursos presenciales? ¿Por qué nunca han superado el 30% en los cursos a distancia? ¿Es que son pocas las que necesitan capacitarse? Documentos de incidencia, como la Agenda de Mujeres Rurales, las demandas sostenidas planteadas en diversos espacios específicos o las consultas realizadas en el marco del Plan de Género para las Políticas Agropecuarias (PNGAgro) nos decían lo contrario; de hecho, el diagnóstico es claro en dos puntos: las mujeres requieren capacitarse y el acceso a la información y a la capacitación muestra barreras invisibles pero tangibles. Ante esto, seguimos preguntándonos ¿Qué necesitan entonces las mujeres rurales para sentirse convocadas, formarse y participar plenamente? Así que, con estas herramientas y en este marco, nos pusimos manos a la obra.

Una oferta con identidad propia

El resultado de este proceso de planificación y diseño ha sido un programa de formación creado desde y para las mujeres rurales. En alianza con la Dirección de Desarrollo Rural del MGAP, se propusieron capacitaciones que abarcan desde temas productivos —como manejo de campo natural, agroecología o bienestar animal— hasta cuestiones sociales, como la integración generacional en familias productoras. Enfoques como la conservación de recursos naturales o la relación entre producción y medio ambiente, de especial interés para las mujeres, también fueron tenidos en cuenta.

Pero no solo se trató del “qué”, sino del “cómo”. Metodologías participativas, una difusión con imagen propia y a través de los canales que sabemos que ellas utilizan, horarios adaptados a sus realidades y el uso de tecnologías accesibles como WhatsApp y Zoom facilitaron la inclusión de mujeres que enfrentan “pobreza de tiempo” y limitaciones de movilidad. Internet mediante y con el entusiasmo de integrarse a nuevos espacios, más de 2.000 mujeres participaron en estas capacitaciones en los últimos tres años.

Aprender desde la experiencia

Entendemos que esta ha sido una experiencia valiosa para todas las partes involucradas. Como equipo técnico, uno de los aprendizajes más valiosos del proceso ha sido observar y reconocer cómo las mujeres rurales prefieren desarrollar su proceso formativo; cómo se desarrollan dinámicas particulares que requieren poner en práctica otras estrategias. El aprendizaje situado, que parte de sus experiencias cotidianas como productoras, trabajadoras o integrantes del núcleo productor, demostró ser clave; experiencias vividas con una sensibilidad propia. También privilegian el trabajo colaborativo y las interacciones intensas, sentirse en comunidad. Valoran una aproximación holística que integre sus saberes con nuevos conceptos y herramientas. En este contexto, las capacitaciones no solo fueron cursos, sino espacios de encuentro donde se tejieron redes y se fortaleció la confianza.

Resultados del análisis de las evaluaciones

Para aprender del proceso es fundamental evaluar, por lo que la valoración de las destinatarias sobre la propuesta, basado en un modelo especialmente diseñado, nos dieron algunas pistas sobre la pertinencia. En general, los resultados muestran un alto nivel de satisfacción con los cursos, destacándose su calidad y la de sus responsables, el impacto y utilidad práctica (80% de las participantes consideró que lo aprendido es útil para su realidad laboral, y más del 95% recomendaría estas instancias) y la participación y oportunidades de intercambio. Se aprecia especialmente la modalidad virtual, que permitió un acceso más inclusivo. También se identificaron oportunidades para profundizar en contenidos específicos, mejorar la gestión de los grupos de WhatsApp y considerar horarios más flexibles.

Más allá de los números, los testimonios muestran un cambio profundo: mujeres que se sienten más seguras y capaces para integrarse a sus espacios de trabajo.

Un futuro inclusivo y transformador

El Plan Agropecuario no solo ha ido incorporando a su experiencia de trabajo el enfoque de género, sino que ha fortalecido las bases para una extensión rural más inclusiva. Esta experiencia no solo enriquece nuestra oferta formativa; también invita a modificar prácticas y nos muestra el valor de atender las demandas específicas de las mujeres rurales. Al hacerlo, hemos ampliado nuestra llegada y desarrollado metodologías que no solo sirven para este público, sino que tienen el potencial de ser adaptadas y aplicadas a contextos mixtos. El enfoque en la equidad de género ha renovado la manera en que entendemos la capacitación: no es solo transmitir conocimientos, sino crear espacios donde todas las personas se sientan vistas, escuchadas y capaces de transformar sus realidades. Con cada mujer que se capacita, se multiplica el impacto, porque el conocimiento no se queda solo en ella, sino que trasciende al predio, a la comunidad y al sector.

Continuar y profundizar esta línea de trabajo no es solo un desafío institucional, sino una apuesta por un sector ganadero más equitativo y sostenible. Y es que, como ellas mismas demuestran cada día, aprender y producir no son solo verbos: son actos de transformación.

1 pensamiento sobre “Capacitar desde la equidad, aprender desde la identidad

  1. Considero que el espacio , la mujer se lo a ganado, en tiempos de evolución y avances las damas muestran adaptabilidad, y todo lo que se quiere con posibilidades de capacitarse el porcentaje de logros se multiplican, hay que apostar siempre a la equidad y dar posibilidades a quienes desean insertarse o mejorar lo que ya hacen en el rubro , felicito a quienes integran el Plan por tal enfoque , la unión hace la fuerza

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