Los efectos de diferentes suplementos proteicos sobre el consumo de forrajes de baja calidad.

Ing. Agr. MSc. Italo Malaquín Moreira
Plan Agropecuario

Las sorprendentes precipitaciones observadas durante los meses de setiembre a febrero del ejercicio agrícola 2023/2024, alcanzaron cifras muy próximas a los 200 mm/mes, para un número significativo de seccionales policiales situadas en la Regional Noreste y Litoral Norte del Plan Agropecuario.  

Según el visualizador del seguimiento satelital forrajero del Plan Agropecuario, bajo tales circunstancias, y para los meses donde más crece el pasto (primavera/verano) y con especial énfasis para aquellas comunidades de campo natural con predominio de especies estivales, se obtuvieron tasas de crecimiento diario mensuales de forraje, similares a los valores máximos históricos (2000-2024) y en segundo término, la disponibilidad actual de  forraje en los sistemas ganaderos observados para  diversas seccionales policiales, superan los 8 centímetros de altura (2400 kilos kg materia/hectárea).

Figura N° 1. Estado de situación de potreros de campo natural de arena y de basalto respectivamente a mediados de mayo de 2024.  

La calidad del forraje producido durante la época de crecimiento disminuye rápidamente con el incremento de la edad de la planta y/o de los estados fenológicos. A medida que la planta madura se incrementa la porción fibrosa, disminuye el contenido de proteínas, la digestibilidad o la disponibilidad de energía para el animal. Una consecuencia importante de la disminución de la digestibilidad y del contenido proteico es el menor consumo del pasto por parte del animal.

La lectura de la bosta como indicador

A través de la lectura de la bosta se puede tener un buen indicador cualitativo de la interacción entre el animal y la dieta seleccionada por los bovinos bajo pastoreo. Desde mediados de abril, se ha observado modificaciones en el color, apariencia y consistencia de las mismas.

Figura N° 2. Variación temporal de la lectura de la bosta en comunidades forrajeras con alta frecuencia de especies estivales.   

Actualmente predominan en el campo bostas con forma de bolas, rodajas o anillos, de consistencia dura y secas, que nos revelan la selección y consumo de una dieta por parte los bovinos de carne bajo pastoreo, de pasturas diferidas como consecuencia de las extraordinarias tasas de crecimiento de forraje de campo natural, con predominancia de especies estivales.  El tiempo de retención de este tipo de forraje en el rumen y tracto gastrointestinal es muy prolongado, lo que disminuye el consumo. El aporte de nutrientes está por debajo de los niveles de mantenimiento. Por lo que estas heces, nos permiten estimar que habrán pérdidas de peso vivo iguales o mayores a los 200 gramos/día.

Diversos especialistas de las nutrición animal de bovinos de carne bajo pastoreo, consideran que las comunidades forrajeras de campo natural con alta predominancia de especies estivales (C4), durante las estación de invierno y con acumulados de forraje que superan los 2.500 kg/MS/ha (= > 8cm de altura), tienen alto contenido de fibra, y bajo nivel de proteína bruta (< al 8 %). Los valores de digestibilidad de los forrajes de baja calidad son inferiores al 55%, son deficientes en proteína bruta (< al 8 %), poseen bajos niveles de azucares y almidón (< a 100 gramos/kg MS) y altos niveles de fibra generalmente con alto grado de lignificación.

Igualmente, valores de Fibra Detergente Ácida mayores al 40%  y  de Fibra Detergente Neutro mayores al 55 al%  respectivamente. La FDA es un indicador de la disponibilidad de energía de un alimento. Dietas con contenidos mayores a 55% de FDN pueden mostrar limitaciones en su consumo voluntario máximo (consumo animal % del peso vivo= 120% FDN), y por lo tanto pueden no lograr satisfacer los requerimientos previstos.

Los bovinos de carne bajo pastoreo en tales circunstancias,  determinan un ambiente ruminal que es limitante para el desarrollo de las bacterias, esto genera bajas tasas de digestión de la fibra y bajas tasas de pasaje, lo que tiene como resultado un menor consumo de forraje, lo que limita las ganancias de peso vivo, especialmente de la recría vacuna.

Consiguientemente, la suplementación proteica en pasturas de baja calidad, es una herramienta de manejo, para mejorar las ganancias de peso vivo principalmente en el primer invierno posdestete. No obstante, hay escasas experiencias comparativas del efecto de diferentes suplementos proteicos derivados de la industria aceitera con subproductos del girasol y de la soja, sobre las ganancias de peso vivo de vacunos que utilizan forrajes o henos de baja calidad, en condiciones de pastoreo o de corral.  

Con el objetivo de comparar el efecto de distintos suplementos proteicos sobre la ganancia de peso vivo, se presentan los resultados productivos de dos experiencias de suplementación estratégica invernal de vaquillonas sobre potreros con alta frecuencia de especies estivales reservados durante el otoño.

Los niveles de suplementación utilizados fueron de 0,800 kg/vaquillona/día de expeller de soja con una concentración de 50% proteína bruta y de 1,08 kg/vaquillona/día de expeller de girasol con una concentración del 37 % de proteína bruta respectivamente. Los niveles de suplementos se ajustaba de forma para que ambos suplementos aporten 400 gramos de proteína bruta/vaquillona/día.

Cuadro N°1. Ganancias de peso vivo  de vaquillonas suplementadas en invierno con diferentes fuentes proteicas sobre campo natural (Fuente: INTA Estación Experimental Agropecuaria Mercedes, Serie Técnica N° 48).

Experimento 1Expeller GirasolExpeller de Soja
Peso Inicial (kgs)210220
Peso Final (kgs)249265
ADPV (kg/An/Día)0,420,479
N° de Días9494
Experimento 2Expeller GirasolExpeller de Soja
Peso Inicial (kgs)192,5193
Peso Final (kgs)229235
ADPV (kg/An/Día)0,3650,42
N° de Días100100

La ganancia diaria lograda en vacunos que consumieron forrajes de baja calidad fue mayor con la suplementación de expeler de soja, en comparación con expeller de girasol. En el momento de elegir la compra de un suplemento proteico, se debe considerar en primer lugar, el costo por unidad de proteína bruta, seguidamente la eficiencia de conversión (kilos de suplemento necesarios para lograr un kilo de carne),  finalmente para cada valor de eficiencia de conversión hay que multiplicar por los valores unitarios (US$/kg) de los respectivos suplementos proteicos, con el objetivo de decidir la opción más conveniente desde el punto de vista económico. Sin embargo, es de esperar pérdidas de peso vivo igual o mayores a los 200 gramos/día, de bovinos de carne pastoreando forrajes de baja calidad.

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