Ayer estuvimos…en el establecimiento de Juan David Planchón y Carmela Rodríguez en Arroyo Negro, Paysandú.
Ing. Agr. Rómulo Cesar
Plan Agropecuario
En una región del país, donde la producción forestal domina el paisaje (en la década de los 60¨, a través de las inversiones realizadas por Caja Bancaria y Caja Notarial, se realizan las primeras plantaciones), encontramos a un grupo de productores que han decidido mantener su tierra y seguir dedicándose a la producción ganadera-agrícola, logrando transformar la amenaza del avance forestal en una oportunidad de aumentar su escala de producción.
Juan David y Carmela criaron 2 hijos, les dieron la oportunidad de tener estudios de nivel terciario (hoy ambos trabajan de forma independiente vinculados al sector agropecuario) y hoy disfrutan de 4 nietos: Juan, Emma, Mateo y Pedro.
Una historia de esfuerzo, compromiso con el trabajo y de convencimiento en que la participación en diversos ámbitos es el camino para crecer como personas.
Los invitamos a conocer esta historia de la mano de Juan David.
¿Dónde estamos?
Estamos en la zona de Arroyo Negro, en la 13° sección policial del departamento de Paysandú. Estamos a 65 km de la capital departamental y a poco más de 20 km de Piedras Coloradas.
Por tu apellido y el de la mayoría de tus vecinos, pareciera que estamos en alguna zona del departamento de Colonia. Contamos esa historia.
Si, esa historia es larga. Comienza allá por 1926 en que llegan, provenientes de Colonia, las primeras familias de Piamonteses Valdenses a esta zona.
En el caso de nuestra familia, quienes llegan son mis bisabuelos (Luisa y Juan David) quienes tuvieron 6 hijos, 3 mujeres y 3 varones.
¿Cómo llegaron a esta zona esos inmigrantes Piamonteses?
Como te decía, hace casi 100 años, llegaron algunas familias, descendientes directos de inmigrantes Piamonteses que habían llegado a Uruguay (originalmente a Colonia) y que deciden venir a radicarse a esta zona.
Nuestros antecesores adquieren estas tierras (créditos mediante), las cuales pertenecían a una familia de apellido Nin y Silva, con quien tenían vínculo con uno de sus integrantes a través del Liceo de Colonia Valdense.
¿Cómo fue ese proceso, desde lo productivo y desde lo social (cómo se integraron a la comunidad)?
Bueno, fue un proceso que se dio gradualmente. Las familias que llegaron a la zona eran casi que en su totalidad compuestas por matrimonios jóvenes, con hijos pequeños. En ese sentido, la escuela rural N° 46, que funciona desde 1912, seguramente tuvo un rol muy importante en ese proceso de integración de los “recién llegados” a la comunidad existente en esta zona del departamento.
Por otra parte, en 1928, se fundó la Sociedad Fomento Rural Puntas de Arroyo Negro, de la cual mi bisabuelo fue directivo durante mucho tiempo.
Otro elemento clave, sin dudas, fue el papel que desarrolló la Iglesia Evangélica Valdense, a la que todas las familias llegadas desde el Sur, estaban fuertemente ligadas.
Desde lo productivo, inicialmente se dedicaron a la agricultura, a la ganadería y también hubo algunas familias que con el correr del tiempo, instalaron “tambos-queserías”.
¿Cómo es la historia de tu familia?
Como te decía al principio, quienes llegaron a Arroyo Negro fueron los abuelos de mi padre, quienes tuvieron 6 hijos.
Ellos adquirieron unas 450 ha y se dedicaron primariamente a la agricultura y a la ganadería de carne. Con el paso de las sucesivas generaciones, esas tierras se disgregaron entre las diferentes ramas de la familia.
Mis padres, a lo largo del tiempo, fueron adquiriendo algunas de aquellas fracciones originarias, hasta lograr reunir unas 280 ha aproximadamente.
Mis viejos se dedicaron gran parte de su vida, a la producción de quesos artesanales, como rubro principal de su establecimiento.
Durante muchos años, se hacía ordeñe manual, llegando a tener más de 30 vacas en producción en determinadas épocas del año. Posteriormente, siendo yo aún un niño, se compró la primera máquina ordeñadora que funcionaba con motor a nafta.
El destino de la producción de quesos era la ciudad de Paysandú y siempre se comercializó a través de la figura de “intermediarios” que venían al predio a levantar el producto.
Bueno, ahora cuéntanos un poco de “tu historia” . ¿La primera etapa de tu vida fue acá?
Si si, nací en 1963, fuimos 5 hermanos varones, concurrí a la Escuela de Arroyo Negro y después al liceo en Young (estamos a poco más de 40 km).
Una vez terminada esa etapa, comienzo a trabajar con mi padre durante algunos años, hasta que cuando tenía 21, comencé a trabajar “por mi cuenta” en diferentes actividades más o menos vinculadas al campo..
En uno de esos trabajos, allá por 1988, es que nos conocemos con Carmela con quien conformamos nuestra familia que a la fecha está constituída por 2 hijos y 4 nietos.
Ese período de trabajo como asalariado se extendió hasta el año 2015.
Fuiste Encargado en una empresa ganadero-agrícola de la zona.
Si, desde 1995 al 2015 trabajamos con Carmela en la empresa “El Gato” de la familia Posada –Tranbauer, que está ubicada a muy pocos kilómetros de acá.
Ahí desempeñé varias funciones vinculadas al funcionamiento operativo de la empresa y por supuesto con personal a cargo.
De más está decir que en esos 20 años, tuve la posibilidad de crecer, en una empresa donde se aplican una serie de tecnologías en el manejo animal y de las pasturas, que sustentan los buenos resultados productivos destacados para esta zona.
Hoy tenés tu propio predio ¿cómo es la historia particular de la familia Planchón –Rodríguez como productores agropecuarios?
Bueno, es así efectivamente.
En 2007 muere mi padre y a partir de ese momento nos hacemos cargo junto con mis otros 2 hermanos (Martín y Diego) del campo familiar.
Durante los primeros años, yo seguía trabajando en “El Gato”, hasta 2015, dejo ese trabajo y me dedico exclusivamente al campo familiar.
Durante ese período adquirimos, de una hermana de mi padre, una fracción de unas 70 ha.
Finalmente, en 2018, los 3 hermanos decidimos separarnos (los otros 2 hermanos fallecieron a temprana edad) y es desde entonces que estoy dedicado al predio en el que estamos ahora.
Desde entonces, somos propietarios de 125 ha de campo, que incluye la casa original de mis abuelos, que es donde vivimos actualmente.
Además, desde hace varios años, mediante acuerdo con empresas forestales que operan en la zona, cuento con alrededor de 100 ha de pastoreo en montes forestales.
En el rubro vacuno, me dedico a la cría, intentando hacer un manejo en que se complementen las condiciones en el monte con las del predio, según los momentos del año y la necesidad de alimentación y cuidado de los animales.
Acá en el predio se hacen pasturas sembradas, fundamentalmente verdeos de invierno, los que se dedican para las categorías de recría y para el engorde de las vacas de descarte, fundamentalmente.
En el caso de los ovinos, están exclusivamente acá (no van al campo forestal) y la orientación productiva es hacia la producción de carne, mediante el uso de cruzas con razas carniceras.
Cuéntanos de la SFR de Puntas de Arroyo Negro. Sos partícipe activo de la misma.
Si, la Fomento existe en la zona desde hace casi 100 años. Como muchas de estas organizaciones después de muchos años de funcionamiento existió un período en que se discontinuó el mismo, pero en 2007 – 2008 se volvió a “reactivar” y sigue funcionando hasta ahora. Si bien somos “un puñado” de socios, estamos convencidos de la importancia que tiene para toda la zona y su comunidad.
En representación de la Fomento he participado durante mucho tiempo en la MDR del departamento y en otros espacios como por ejemplo la Comisión de Seguridad Rural.
Además estás vinculado a la Comisión Nacional de Fomento Rural.
Si, desde 2012 empecé a participar en representación de la Fomento de algunas actividades de Comisión Nacional y en 2016 comienzo a ser Consejero y por tanto a participar del Consejo Directivo de Comisión Nacional.
Desde cuándo tenés contacto con el Plan Agropecuario?
Con el Plan Agropecuario tengo contacto desde hace muchísimos años.
Trabajando en “El Gato”, participé por primera vez de un curso sobre “regulación de maquinaria agrícola” que se realizó en la Asociación Rural Exposición Feria de Paysandú. El curso lo dictó el Ing. Ramiro Noya y también participaron Marcelo Pereira y Fernando Larrambebere del Plan.
Posteriormente, participé de un curso para Capataces que se hizo en la ruta 26, realizado por el Plan y por el SUL, creo que fue en el año 1996.
Desde entonces, he participado en innumerables actividades que se han realizado sobre diferentes temas en esta zona.
Siempre he creído que participar en este tipo de actividades es muy importante para quienes estamos en el día a día en la producción. Cuando tuve la oportunidad de liderar equipos de trabajo, impulsé fuertemente la participación de compañeros en actividades de capacitación en general.
Actualmente integrás uno de los grupos del Proyecto “Grupos Plan”, ¿ qué te motivó a hacerlo y que podés comentar sobre la experiencia que estás viviendo con el Grupo?
Es verdad, desde el año pasado formo parte del Grupo que bautizamos como “RioPay”.
El mismo se conformó a partir de un llamado a interesados que hizo el Plan Agropecuario y al cual nos inscribimos en ese momento.
De aquí de Arroyo Negro, somos 4 productores quienes lo integramos y en total son 11 los establecimientos que forman el Grupo.
A la fecha llevamos unos 10 meses de funcionamiento y realmente la experiencia la considero como muy buena desde todo punto de vista. Desde lo humano, en primer lugar, se ha conformado un grupo (con varios no nos conocíamos) muy lindo y que en cada reunión se fortalece. En lo que tiene que ver con lo productivo, es incalculable la cantidad de cosas que se aprenden de cada uno de los compañeros. Cada lugar que visitamos es “un mundo” y cada uno aporta desde su experiencia y siempre poniéndose en el lugar del otro.
En nuestro caso, participamos conjuntamente con Carmela y eso también es muy importante para nosotros.