El “por qué” y el “para qué” de los laboratorios de análisis de semillas

Ing. Agr. Ana Tardáguila Recarte

Instituto Nacional de Semillas (INASE)

Para comprender por qué y para qué existen los laboratorios de análisis de semillas, comenzaré con un poco de historia sobre cómo se originaron. Con el objetivo de mejorar la calidad de las semillas comercializadas, Suiza, en 1816 fue el primer país en promulgar una ley de semillas y en Alemania en 1869, de la mano de Friedrick Nobbe, comenzó a funcionar el primer laboratorio de análisis de semillas. Nobbe era botánico y profesor en una academia, y observó que, con frecuencia, las semillas que compraban los agricultores distaban mucho de ser lo que necesitaban y tenían intenciones de comprar. Ello lo motivó a sentar las primeras bases para que el comercio de semillas fuera más transparente, y establecer puntos importantes a seguir en todos los aspectos que afectan la evaluación precisa de la calidad de los lotes de semillas, como son:

  • la correcta extracción de la muestra que se enviará a analizar
  • la importancia de la metodología aplicada al realizar los análisis
  • la conservación de una contramuestra que mantenga la calidad original, a la cual recurrir en caso de dudas o reclamos.

Actualmente, todos los países cuentan con leyes de semillas para ordenar y regular la producción y el comercio de este bien tan esencial, sin el cual no podríamos ni pensar en producir alimentos.

Las semillas son la materia prima para la producción de los alimentos que deben acompañar el incremento de la población mundial. Aumentar y mejorar la producción de cualquier producto sólo se logra de forma sostenida usando materia prima de buena calidad. Aquí es fundamental la participación de los laboratorios de análisis de semillas, definidos como centros de control de calidad que evalúan principalmente los requisitos establecidos por las normas al respecto de las propiedades fisiológicas y físicas de los lotes de semillas.

En Uruguay, como en muchos otros países, las condiciones para realizar los análisis siguen la metodología estandarizada establecida por la Asociación Internacional de Análisis de Semillas (ISTA, por sus siglas en inglés). Las ventajas de esta estandarización de los procedimientos es que se obtienen resultados repetibles, reproducibles en distintos laboratorios, comparables y comprensibles dado que, al conocer los criterios aplicados, hay una clara interpretación de los resultados de análisis informados. Todo ello, contribuye a agilizar y facilitar el comercio internacional.

La calidad fisiológica se evalúa principalmente mediante el análisis de germinación, el cual se realiza en condiciones óptimas y controladas, es decir, se siembra sobre un sustrato al cual se le agrega la cantidad apropiada de agua (cantidad medida para ese sustrato en particular). Además, se dan las condiciones óptimas de temperatura para la germinación de la especie. Con ello se logra obtener un resultado de análisis que no está afectado negativamente por ningún factor externo, sino que depende exclusivamente de la capacidad propia de cada semilla de germinar y producir una plántula capaz de continuar su desarrollo hacia una planta adulta. El resultado obtenido es el potencial, el mayor valor de germinación que se puede esperar de ese lote y en ese momento.

Para evaluar la calidad física se realizan dos análisis complementarios: el porcentaje de pureza y la determinación de otras semillas en número. Con estos análisis se obtiene información sobre qué tipo de material presente en el lote, no corresponde a la especie declarada y en qué proporción se encuentran esos contaminantes, que pueden tratarse de material inerte (tierra, restos vegetales, trozos de semillas, etc.) o semillas de otras especies, ya sean de otras especies cultivadas o de malezas.

Claramente, cuanto menor sea la pureza, mayor será el precio a pagar por cada semilla de la especie deseada contenida en un envase. Por ejemplo, si un lote tiene 90% de pureza, el 10% del material contenido en cada envase de éste, no corresponde a lo que se desea comprar.

Asimismo, es importante conocer en qué proporción se encuentran presentes las semillas de otras especies, mediante el análisis de la determinación de otras semillas en número. Es conocido el problema que ocasionan no sólo las malezas, sino también las plantas de otras especies cultivadas que compiten con el cultivo, que incrementan los costos de producción y bajan los rendimientos y la calidad del producto final.

Los laboratorios de semillas, a través de sus analistas, tienen la gran responsabilidad de realizar con exactitud los análisis para obtener resultados que reflejen la calidad de los lotes. Conocer estos resultados es beneficioso tanto para quienes producen lotes de semillas, como para quienes los adquieren para iniciar un cultivo.

En conocimiento de la calidad de los lotes, los productores de semillas pueden planear y organizar la producción y comercialización, así como destacarse por su calidad.

Por otra parte, los productores agropecuarios al comprar lotes etiquetados saben que cumplen, por lo menos, con los requisitos mínimos de calidad exigidos por la normativa. Sí además, solicitan los certificados de análisis del lote, acceden a los valores reales obtenidos en los análisis y, por lo tanto, a conocer la verdadera calidad del lote, que podrá ser la mínima calidad aceptable o superior.

Al momento de sembrar un cultivo o una pastura los productores “se la juegan”, son muchas las incertidumbres que tienen por delante y muchos factores pueden afectar negativamente la producción. Afortunadamente, las semillas no tienen por qué ser una fuente más de incertidumbre, dado que se puede conocer su calidad y apuntar a lo mejor.

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