La clave para la sustentabilidad de pequeñas empresas es la diversificación de rubros complementarios

Ing. Agr. Mag. Julio Perrachon Aritzia

Plan Agropecuario

En febrero del 2024, estuvimos en el predio de la familia Báez – Morales, charlando con Daniel sobre su historia, la familia, la empresa y sus aprendizajes. Su historia nos demuestra una vez más, que, teniendo los sueños claros, acompañado de esfuerzo, responsabilidad, dedicación y tiempo todo es posible, sin importar que tenemos ni desde dónde venimos. Además, conoceremos una situación que con 57 ha y otros negocios complementarios es posible cumplir los sueños.

Introducción

Daniel Báez García (47), es el menor de 4 hermanos, que siempre vivieron en el predio de su abuelo en el paraje Meseta del Cufré, en el departamento de Colonia a tan solo 1 kilómetro de la Ruta 1. Actualmente vive junto a su pareja, Liliana Morales (44) y sus dos hijos Federico (11) y Santiago (8), que hace dos años se mudaron a Ecilda Paullier. El predio se ubica a 7 km de esa ciudad y actualmente se trabajan 57,5 hectáreas con un índice coneat 189 promedio, en dos fracciones que distan entre si de unos 15 km. Solo 10 hectáreas son propias y el resto arrendadas a dos propietarios distintos, actualmente desarrolla un sistema de engorde de vaquillonas con varios “kioscos complementarios”.

Daniel había participado en cursos organizado por el Plan Agropecuario e instituciones de la zona hace un par de años, pero a partir del proyecto GruposPlan en el año 2023, se conformó un grupo de productores de la zona de Colonia, denominado Grupo CHARRÚA, a partir del cual tuvimos la posibilidad de conocer más en profundidad a su familia y los emprendimientos que lleva adelante. Los invitamos a disfrutar esta entrevista.

¿Daniel nos gustaría conocer tu historia?

Luego de terminar la escuela, salí a trabajar en “changas” en la zona, trabajé en industrias, en predios rurales, en lo que fuera. En 1999 y 2000 trabajé en la ruta lo que me permitió hacer la casa acá en el campo. Cuando mi viejo falleció en el 2001, arrancamos con un tambo con mi hermano mayor, probamos un tiempo y no funcionaba el tema familiar, hasta que logré apartarme por cuenta mía.

En el 2003 arrancamos ordeñando 12 vacas, haciendo queso y además trabajaba en el predio de Enzo Malán, este trabajo en el tambo lo realicé por tres años hasta que un día me quedé dormido sentado en la sala de ordeñé. En ese momento decidí vender las vacas y liquidar el tambo, la leche valía cuatro pasos, al mes llegó a 10 pesos, todo el mundo me decía que estaba loco, el predio era chico, pero me iba bien. Comencé a hacer ganadería de carne con novillos Holando en 6 ha, compraba en la zona 6 o 7 terneros o en los lugares que hacía algún trabajo cobraba con animales, nos fuimos armando de a poco. En el 2010 compré una embolsadora de grano húmedo y además arrendé 20 ha, esto me llevó a que dejara de trabajar en lo de Malán, más tarde tuve que comprar un tractor usado para salir a trabajar afuera con la embolsadora.

Luego seguí arrendando pedacitos que salían en la zona, hasta llegar al año 2018 a la superficie que tengo actualmente (57,5 hectáreas). Cuando arrendamos un campo que tiene un bajo muy bueno de pasturas naturales (2016), vimos que si echamos Holando no iban a marchar. Esta fue la primera experiencia con vaquillonas de raza de carne para engorde, las compré por el banco y “volaron”, me di cuenta que es mucho más fácil, no se necesita tanta comida. Pasamos de 70 animales Holando a tener 120 animales en el mismo campo, me gustó la idea, la verdad que estoy muy conforme. Con los Holando andábamos todo el día atrás de ellos, le dábamos silopack, grano húmedo, de mañana y de tarde, fardos buenos de praderas y a los bichos siempre les faltaba un poco, en cambio cuando pase a la raza de carne cambió, siempre hay animales buenos para vender, cada dos meses sacamos 15 animales buenos para frigorífico.

Además de los ingresos de la ganadería, tenemos ingreso a partir de la venta de servicios, tanto de la embolsadora de grano húmedo, como la sembradora de maíz. El porcentaje de los ingresos depende un poco del precio del ganado gordo, en general podemos decir que lo ingresos son mitad y mitad.

¿Cómo es el manejo actualmente de los animales?

Lo que mejor resultado me ha dado, es la compra de vaquillonas de 200 kg de peso vivo y salen entre 6 a 8 meses con 440 a 450 kg de peso vivo. A veces según la oportunidad se toma animales a capitalizar, para no inmovilizar dinero y diversificar los ingresos.

El criterio del manejo de los animales es buscar una ganadería automatizada, aproximadamente se destinan 2 horas por día para luego tener tiempo para atender el servicio de maquinaria. Hay silo disponible a voluntad todo el día y se suplementa con pastoreo de alfalfa en pie usando el alambrado eléctrico. En el campo principal, se utiliza un solo lote de animales, tienen agua en la parcela donde pastorean y en la zona donde están los silos hay sombra natural, reparo, piso firme y agua. Se busca tener reserva para un año, la clave es no quedarnos si reserva. En el predio todo el pasto que sobra se destina para reserva, para uso propio y para vender a vecinos.

El silo fue siempre autoconsumo, está abierto todo el año, comenzamos con silo torta, pero en los últimos años embolsamos, es un poco más caro, pero es más sencillo de manejar, al tener menos frente de consumo el material se conserva por más tiempo en buen estado. Este verano 23/24 el maíz rindió 45.000 kilos verde por hectárea, destinamos 6,5 hectáreas para la reserva, el resto del área se destina para venta de grano seco. La rotación de cultivo es en basa a alfalfa pura con una duración de hasta 5 años, los verdeos de invierno se destinan para consumo en pie y son un área reducida. También se intercala maíz o cultivo de invierno con destino a reserva forrajera o venta de grano. Los animales se venden cuando estén prontos o den con el precio, en general se trata de vender y comprar la misma cantidad y las compras se realizan en invierno y verano.

¿Cómo sos para los negocios?

Todo lo que deja plata y está dentro de mi rubro, lo pruebo, pero me sirve todo, siempre estoy buscando un plan B, nunca descarto ningún negocio, si veo que algo de lo que estoy haciendo se está complicando le busco la vuelta. Cuando me proponen algo, no lo descarto, lo pienso y le voy buscando la vuelta. Es la empresa de los “mil kioscos”, tener alternativas, siempre hay uno de los negocios que te va a salvar. Esto me permite por ejemplo no tener que mal vender un ganado para pagar alguna cuenta, al tener otros ingresos como el de la embolsadora, me permite pagar con este servicio y esperar los animales a que estén gordo y prontos para vender. No estoy atado a tener que vender mal ciertos animales.

Cuando hay una idea, o un proyecto nuevo, primero se discute a la interna, se hacen algunos números y si nos gusta, pasamos a la fase de prueba, con poco y si funciona, lo perfeccionamos y le damos para adelante. Me gusta ver otros predios, visitar cosas dentro de mi alcance, informarme, el prestar servicio de maquinaria a terceros me permite conocer mucha gente, siempre me gustó hablar con la gente vieja que han probado muchas cosas, pero luego le pongo el toque personal moderno y lo adaptado a mi sistema.

Desde hace años, estoy trabajando con el BROU, el cual es un aliado, el banco nos permitió despegar con fuerza, poder salir adelante, bien trabajado es una buena herramienta, te cambia la vida.

Acá los números se llevan, tanto de la ganadería como los servicios, lo gastos grandes se planifican con la venta de los servicios.

¿Qué piensas de las sociedades?

Desde que trabajaba con Javier Malán, siempre me inculcaba con hacer sociedades, cuanto más trabajás más ganancia tenés. Por eso, siempre pienso trabajar en sociedad, por ejemplo, hace un par de años arrancamos una sociedad con Diego Reyes, hacemos los trabajos de servicio de maquinaria a medias o un porcentaje según la maquinaria, además tiene animales en el campo como parte del negocio.

Para hacer una buena sociedad la clave es la confianza y encontrar la persona adecuada, no es con cualquiera, me ha pasado que hay personas que empiezan a ver plata y se “marean”, hay personas que nacen para trabajar de empleado y otros que desean tener algo propio. Es importante darles una oportunidad a todos, y ver la respuesta de cómo responden, deben de sentirse parte de la empresa.

¿Qué podés contarnos de tu familia?

Con Lilian Morales estamos juntos desde 2010, ella ejerce la profesión de escribana, es la que me controla con los gastos, cuando hay algún posible negocio siempre la consulto, es la que me frena, bastante austera cuando hago algún cambio medio drástico. Además, es la que lleva los papeles y pagos de la empresa. Por otro lado, están mis hijos, que es toda una odisea, cuando pueden me acompañan al campo, es lindo verlos que anden, todo esto nos da mucho ánimo para continuar. Santiago es el más chico, le encanta la maquinaria, siempre inquieto por ver y aprender. Federico con once años, tiene trastornos del espectro autista (TEA), desde chico siempre vienen al campo y les gusta pasar tiempo con los animales, el siempre anda feliz, no protesta, no se queja, él nos demuestra todos los días que tenemos que ser más positivo, no preocuparnos tanto por todo, evitar andar todo el día con problemas en la cabeza y que con poco podemos estar muy bien…

¿Qué representa la familia Malán?

Enzo Malán, Sonia Bonjour, su hijo y nuera Javier Malán e Ileana Maurín, son mi familia, cuando cumplí 15 años, yo estaba haciendo un trabajo de albañil en su casa, Sonia me hizo una torta y lo festejamos con ellos. Cuando terminamos el trabajo en la casa, Javier me ofrece trabajar con ellos, en ese momento arrancamos una amistad y ellos han estado en todo mi proceso. Yo arranqué sin nada y ellos siempre estuvieron, me incorporaban a su familia, ellos me enseñaron mucho sobre el negocio y del trabajo, siempre me presentaban como socio, no como empleado… Ellos me hicieron querer la ganadería y siempre me impulsaban a tener algo propio, por ejemplo, cuando quise comprar la embolsadora ellos me facilitaron el dinero.

¿Cuáles son tus principales logros?

El mayor logro, ha sido mi familia. Hoy estoy en el lugar que quiero estar, desde gurí soñé con esto, he pasado mucho trabajo y hoy llegué a donde quería estar. En el 2000 empecé a hacer mi casa, y los vecinos me decían que era una locura, pero gracias a esto tengo lo que tengo hoy.

Otro gran logro fue cuando compré el tractor cero horas, era como decir llegué, desde chico miraba la revista del Plan Agropecuario con los tractores John Deere, siempre ese color verde (ja ja ja). El día que fui a buscar el tractor, fue impresionante, fuimos con toda la familia. Federico cada vez que viajamos a Montevideo se acuerda, y señala la maquinaria del lugar.

¿Cuál ha sido el golpe más duro y que enseñanza te dejó?

La falla de mi familia por el campo, porque perdí todo. Mi familia no le sobraba, pero yo siempre le decía que quería seguir con el campo y los apoyé en lo que podía. Aprendí que uno nunca termina de conocer a la gente totalmente hasta que hay un problema, cuando está todo bien, va todo bien. Cuando falta uno en la familia y cambia todo en la interna, esto ocurrió cuando faltó mi viejo.

Pero gracias a eso, también pudimos tener todo lo que tenemos hoy. Luego de ese hecho yo nunca más tuve que pedirle permiso a nadie en tomar decisiones. No tuve que consultar a mi familia (hermanos), antes estaba atado a lo que pensaba el resto de la familia, me liberó, esto lo veo todos los días en muchas empresas familiares de la zona.

¿Qué sugerencias les realizaría a los jóvenes rurales?

Siempre hacer lo que le gusta, probar hasta lograr encontrar lo que les gusta, para luego perfeccionarse, no quedarse con las ganas. Oportunidades siempre hay, si vos le demuestras a la gente que quieres hacer algo, la gente te ayuda, yo lo tengo comprobado. Cuando comencé a trabajar de empleado quería aprender y no miraba tanto la plata. Por ejemplo, pasaba por la casa del vecino y estaban sembrando le pedía para sembrar, haciendo eso aprendía mucho. Primero quería aprender para luego salir a trabajar, así siempre lo manejé cuando era joven. Oportunidades hay muchas y gente que quiere ayudar también, el tema que tenemos que demostrar que no es todo por la plata. A veces los patrones son malos porque nosotros somos malos con ellos. He trabajado con todo el mundo acá en la zona, y nunca tuve ningún problema, si a mí no me servía lo que me pagaban o lo que hacía, iba derecho y le decía que me marchaba, nunca me fui mal, las puertas siempre las tuve abiertas. Trabajé en todo, de albañil, en la construcción, en obras grandes, de peón, pero todo esto me sirvió para conocer el trabajo y el trato con la gente.

¿Qué aportes ha realizado el GrupoPLAN para tu sistema?

El grupo, muy bueno, poder compartir con otros productores que están en lo mismo, se charla, se discute, pero siempre con respeto, y después uno ve lo que hace en su predio. También es bueno poder ir a ver, lo que hace otro productor, y aportar lo que uno hace. Nunca había participado en un grupo de productores, hay que ir con la cabeza abierta, para aportar y escuchar la opinión de otros productores y no tanto de los técnicos. Cuando recibí al grupo en casa, fue una experiencia muy buena, poder mostrar lo que hago, dentro de lo que me parece que está bien, y cada cual opine lo bueno y lo mal que estoy haciendo. El “tercer tiempo” (se expone un tema general, luego de finalizar la reunión del grupo) en todas las reuniones, son muy buenas.

Comentarios finales

La historia de Daniel y su familia, nos demuestra una vez más que todo es posible, con objetivos claros, esfuerzo, dedicación, respeto, confianza y paciencia, tarde o temprano se logra. Es un ejemplo más que la diversificación de rubros complementarios, el poner los “huevos en varias canastas”, permite la sustentabilidad de las empresas y más cuando los predios son chicos. Y por último rescatar que todo lo que uno da, termina volviendo y que muchas veces las personas que menos te ayudan o te dificultan el camino, son las personas que más te hacen crecer, son las que te sacan del circulo de la comodidad y te hacen más fuerte.

Por último, dejo la frase de Daniel, ante la pregunta de cómo él se imagina dentro de 20 años.

“Acá, viviendo cómodo, sin sobresaltos con la ganadería las 24 horas, y poder recuperar el campo que era de mis padres…”

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